26 de abril de 1937
Posted by Aleph on 2016/07/25
Sangre, derramada. Estertor de muerte. Allí; para algunos, en el olvido; para otros, traumatizados, aquí, eternamente.
Escribir desde la zona de paz, hacerlo en tiempos de paz. Desde el presente, hurgar la herida; regresar al conflicto, rememorar la historia con trazas literarias, regresar, vía la memoria histórica, al campo de batalla, correr (tomando notas) bajo las bombas, recorrer (haciendo fotografías) entre el mortero; morir, si alcanza una detonación, entonces, y por ello, de mentira, figuradamente.
Descubrir, aquí, en el presente, una forma de guerra y de terror mucho más sofisticada que la vieja descarga de dinamita o termita desde aviones que sobrevuelan poblaciones, como Guernika, y, en una corta ráfaga, devastan y sesgan vidas sin miramientos ni selección alguna, solamente, por ensayar. Varsovia, Estalingrado, etc. Llamarla, ahora, Nuevo Orden Mundial. Dinamita por deuda, termita por producto derivado. Igual da, arrasan territorios enteros, ocupando a sus gentes en lo moribundo y derribado.
Después, en lo concreto, la historia universal antes del NOM; antes de que el mundo dejara de ser bipolar y USA monopolizara la tabla de potencias dominantes (antes de que le costara demasiado mantener el despliegue de bases militares por el mundo: antes de que China se postulara candidata a nueva potencia). Aquende y acullá, el reportero americano desplazado a la zona de conflicto goza de un doblepensar y una asepsia que le permite frivolizar sobre la masacre. Ajeno, alieno y poco implicado, busca el equilibrio entre un texto suficiente para su periódico y la exposición de su persona en la búsqueda del relato. Podrá inventar aquello que, por macabro (dinamita y termita), escape de su vivencia en primera persona. Todas las guerras se parecen en lo esencial: destrucción, muerte, sangre derramada y estertor. Después, el americano, regresa a la zona de paz. Allí es donde publica.
Mientras, el soviético, más implicado pero igualmente fuera, posa su cuello en el suelo cuando la bota del aparato burocrático le pisa el cogote. Perderá toda individualidad y accederá a la mentira y el engaño cuando reciba la orden. Comprenderá que el sistema de publicidad e imagología del enemigo es tan poderoso y terrible que requiere su sacrificio. Forzará a la realidad a emular lo que de ella se requiere, obligando a firmar declaraciones que se ajusten a lo esperado. El comunista hará igual como el capitalista: subeditará el honor, la verdad y la justicia a las necesidades exigencias de la guerra.
Setenta y nueve años después: ¿y, nosotros, panaderos, médicos, sastres, charcuteros, etc.: qué carajo tenemos que ver con todo eso?
«¿Qué cree usted que es un artista? ¿Un imbécil que sólo tiene ojos si es pintor, oídos si es músico o una lira que ocupa todo su corazón si es poeta? Bien al contrario, es un ser político, constantemente consciente de los acontecimientos estremecedores, airados o afortunados a los que responde de todas maneras. No, la pintura no se hace para decorar pisos» (Picasso, a un periodista, tras la IIGM)

Filed under Dragonteas