Semana 6, Buenismo, humanismo o, llanamente, anarquismo.

Posted by Aleph on 2016/06/18

Lunes

En una de sus dragonteasa, mi no-maestro plantea la siguiente presunción:

    La democracia por sufragio universal, a diferencia de la aristocracia, en la que sólo los mejores (los aristoi de la Grecia antigua… Honra, vergüenza y memoria eran las tres columnas vertebrales de su código moral) tienen derecho a voto, no pasa de ser, bien mirado, un sistema de extracción y extorsión fiscal, de clientelismo y de castas.

Y, a renglón seguido, enumera las cuatro castas que a día de hoy ejercen la corrupción casi sin impunidad en la cúspide de nuestro sistema estatal:

    La de los políticos, la de los financieros, la de los propietarios de las grandes empresas y la de los intelectuales pesebristas.

Acola además el mecanismo omodus operandis mediante el cual obran:

    Ahí tiene usted, perfectamente configurada, la cadena de la corrupción. Consta de tres eslabones: subir los impuestos, engañar a los electores, que sólo votan a quien promete que les va a llenar los bolsillos, y repartir el material sobrante, que es mucho, entre los miembros de la primera casta (la de los políticos y sus amigotes), con algún que otro mendrugo para los chicos del pesebre. Si no hubiera dinero público a granel, la corrupción sería como un buitre sin carroña al alcance de sus garras. Moriría de inanición.

A merced del título y de las referencias indicadas, seguro, lector, ya habrás adivinado el tema de la sexta entrega del presente hebdomadario.

Vayamos, entonces, a ello.

– ¿Cómo? ¿Qué me rechistas desde la trastienda, Aleph?…
– Hombre, con el debido respeto, capitán…
– ¡Sshhh! deja que te interrumpa. Efectivamente, has sido relevado. Yo prosigo las dragonteas…
– Pero…
– Negativo. No hay peros. Hay, de mi parte y hacia ti, un infinito agradecimiento por tu gesto. Por haber vuelto a encender la llama en mí del calendario, del ritmo y del hábito a la escritura. Yo sigo, y no se hable más. Pero sobre todo hay, de mi parte hacia ti, un transfinito agradecimiento por tu manutención. No te olvides que dejé de escribir por dedicarme a otros menesteres más productivos. Andábamos paupérrimos, sin apenas para comer. Desde que tú te deslomas con la programación, querido escudero, mi subsistencia asegurada me devuelve al plano del goce y de la dolce vita. Nada de lo humano, ya dijiste, me es ajeno.
– Siendo así que es, ¿por qué yo soy escudero y tú caballero? ¡Oh, mi capitán!
– ¡Irreverente! Mira… Miraaa, mira… mejor corremos un estúpido velo. No me entretengas, lacayo, debo escribir. Las motivaciones y condiciones por las cuales un esclavo nace esclavo y un amo nace amo no son cosa de discusión. Igual pasa, le dice Rajoy a Mas a cuenta del 9-N, con la legalidad y la constitución; ¡no se vota! ¡y punto! E cosí.
– Amén. Me vuelvo a las bodegas. Déspota…

Enlaces:
a Dragolandia, «Yo acuso(1)», finales agosto 2014, Leer

Martes, miércoles y jueves.

Entonces, la situación me obliga, permanezco, con disgusto, frente a los rayos catódicos de un televisor. Es un aparato grandote, moderno, un TV de plasma. Aguanto como puedo la marabunta tras el cristal. Lleno de rabia tanto por el dinero que se embolsarán esos payasos cuando acaben su execrable espectáculo como por el daño psicológico a la audiencia. ¿Cómo puede ser que la verdad institucional, a día de hoy, salga, precisamente, de ese rectángulo? Es así. Aunque está en nuestra mano cambiarlo. Suena el teléfono. ¡Salvado! Es mi santa. Con una disculpa, me salgo del ámbito del TV.

Hablamos de nuestras cosas y casos. En un quiebro de la conversación, la mujer de cuyo vientre nací me da las gracias por cierta acción ya lejana no muy bien entendida en su día que ahora da frutos: «Fue un acierto enchufar el portátil al TV.» Así es: un cable HDMI, unos periféricos inalámbricos y nadie que entre a su comedor sabría decir si cuanto sale de su TV lo programan los directivos de las cadenas a traga-traga o lo escoge ella navegando por internet. Mucho cambia la cosa. Colgamos.

¡Vaya si cambia la cosa! Regreso donde por obligación he de sentarme. Por suerte, me ceden el mando a distancia. Zapeo. Valores únicos en la 1. Pensamiento dominante en la 2. Espectáculo denigrante en la 3 y en la 5. Sensacionalismo en la 4. En la 6 dan pesebrismo intelectual. Con el mando apuntando al aparato, se me va el santo al cielo. ¿Por qué aguanto esta obligación? ¿por qué no me rebelo? Una cuestión emerge en mi pensamiento a raíz de la charla que descargué anoche en mi portátil desde el canal de la escuela de Eleusis b . Quisiera conseguir un cacharrino de esos del doctor Gaona para medir ondas cerebrales. Alguien (un madrileño) me desvela de la ensoñación: «¡Déjalo ahí, déjalo ahí! ¡Mira, el “coletas”! Dale voz… va a hablar Malhuenda, ya verás como lo pone a caldo.» Obedezco sumiso, pulso el botón del volumen.

Según entiendo, el tal Malhuenda, a quien desconozco profundamente, retoma un argumento-proyectil que un tertuliano anterior disparó contra el “coletas”.

Otro alguien presente, como un extraterrestre recién inmerso en el panorama español (en realidad es un senegalés), pregunta por el nombre del “coletas”.

«Pablo Iglesias», responde un tercer alguien oriundo de León.

Ante el gesto del segundo alguien de seguir en duda, un cuarto alguien (indígena chapaneco), extrae de su macuto un smartphone, pin pin teclea y consigue anteponerse al tercer alguien que iba a desarrollar. Lee: «De la wikipedia. Pablo Iglesias: un político marxista español, fundador del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores.»

Sonrisa del sector español en la sala. «No Possé sino Turrión», aclara el tercer alguien.

A mí se me viene a la mente ese latiguillo que intituló mi tercera columna: nomen est omen.

Un quinto alguien, con autoridad para hacerlo, demanda silencio. Todos callamos. ¡Qué pena! pienso para mis adentros. Parecía que íbamos a zafarnos del televisor…

En síntesis, el tertuliano anterior a Malhuenda le inquiría a Iglesias por la procedencia de los 225.000 millones estimados para cumplir la promesa electoral del partido Podemos de una renta básica «para todos y cada uno de los españoles por el mero hecho de ser español»; a lo que éste respondió, con lógica de parvulario, creo, que una renta básica no implica otorgarle el sueldo mínimo interprofesional a todo hijo de vecino sino a quien la necesite. Por aquí retoma Malhuenda, tildando a Iglesias de pecar de buenismo.

¿Acaso piensa Podemos que un español con 650 euros de asignación mensual va a trabajar o a moverse para buscar trabajo? ¿Acaso no se tumbará a la bartola, cogerá la guitarra y la pandereta y alternará siesta con jijí jajá?

Un poquito con la sonrisa en los labios, Iglesias argumenta la renta básica enfocando a gente rehusando trabajar por cuatrocientos euros ocho horas diarias sin contrato por el hecho de no encontrar nada mejor y verse en la necesidad de agarrarse a un clavo ardiendo. Y le pide al contertulio un poquito de respeto para el pueblo español. Un basta ya a considerarle menor de edad. Una mención al escándalo de las tarjetas black entre el personal de un banco rescatado con el dinero público y un: sois vosotros, los de arriba, los mangantes.

Tiempo para la desconexión. Observo las caras zombies de los alguien que me acompañan ante el televisor. En rigor, somos diez nadies custodiados por dos alguienes armados. Extraigo del bolsillo con disimulo para no quebrar el ensimismamiento mi cuaderno de notas. Me lo abro en la pantorrilla y con un lápiz de apenas diez centímetros escribo sin apenas moverme. Decido que voy a relevar a mi escudero Aleph en la autoría de la columna y compongo lo que podría ser el primer texto de mi regreso a las dragonteas.

Enlaces:
b Conferencia, Encuentros Eleusionos VII Don de la ebriedad, «Mística y neuropsiquiatría, el dios que llevamos dentro», Reproducir

Viernes.

Cuaderno de notas.

      Finas líneas separan los mundos. La bula Inter Gravissimas, por ejemplo, separa un tiempo, en sentido literal, de otros. La línea internacional del cambio de fecha del sistema de usos horarios U.T.C., por ejemplo, arrastra cada día la cuenta picando a las puertas en Londres de los señores guardianes del Meridiano cero. Quienes viven en el interior de un mundo apenas imaginan la existencia de otros sino como un vago y exotérico rumor o eco.
      Eris, una diosa de la discordia, se aparece en su esplendor a quienes abjuran de todo orden y se abren paso al caos. Quienes con fuerza y valor construyen ingeniosos en la impermanencia y prescinden de todo orden asumiendo que cualquier orden es un subconjunto de un conjunto mayor, o sea, para los caófilos, Eris es luz guía y orientación. ¿Por dónde se sale, cómo se abstrae uno de un mundo? La respuesta siempre variará en función del mundo que se quiera abrir. La Ley contra el cristianismo dada en el Día de la salvación que se corresponde con el 30 de septiembre de 1888 de la falsa cronología, por ejemplo, rompe con aquél tiempo gregoriano. ¿A dónde se reúnen esos vagabundos errantes habiéndose echando la chaqueta al hombro, silbando al compás del paso, alejándose de su región? ¿Y pues, no llegan todos los caósofos, siempre de la mano de Eris, a conocer al vagabundo errante por excelencia? quiero decir, planaö, planētēs: Gaia, superorganismo.
      Abstente, por favor, de continuar la lectura si duermes todos los días en la misma cama. O, si siempre duermes en la misma cama y sigues leyendo, toma en cuenta que quien escribe no se inscribe en tu paradigma sedentario. Que es un vagabundo errante. Somos muchos los que tenemos que pelear, a diario, para poder refugiar nuestro sueño. Te aseguro que se duerme diferente al raso que en vuestras torres de marfil. ¿Ignoras de qué hablo? Pues venga, restando confusión al discurso, de regreso a lo ecuménico, te propongo la siguiente serie: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. ¿Cómo, todavía te parece demasiado etéreo, demasiado elevado? Pues, sin perder un ápice de equivalencia, te traduzco la serie a cada cuarto del ciclo lunar: Domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado. ¿Ahora ya sí, no? Claro, meridiano…
      Cuando se escribe con sangre cada letra merma futuro. Y cuesta, no es hablar en balde. Corazón tintero.
    ¿Y no es un humanismo carente de diferencias étnicas o culturales cuanto depara a un humano valiente capaz de levantar sus entendederas desde el suelo de su etnia o cultura hasta el rostro de Eris? ¿Acaso no somos los hijos de la diosa de la discordia desposeídos de ropajes contingentes meros humanos abrazados unos a otros: ¡¡ubuntu!!?

Fin de semana.

Concluye aquí la dragontea de la semana. Si bien restan tres apuntes. A saber…

Una addenda al texto del cuaderno de notas:

      Con el advenimiento de la teoría heliocéntrica de Copérnico la Tierra fue considerada un planeta (1543), y el Sol y la Luna dejaron de serlo. Con esto cito el “todo cambia” de J.N.
      Nada, absolutamente nada, de cuanto el hombre moderno describe como realidad se sujeta por otro sitio que por finos hilos de antropocentrismo. Igual como se rompió el Antiguo mundo teológico, lo mismo se puede romper, si no lo hizo ya, el mundo moderno.
      Déjame recordarte una versión del cambio: Mercurio fue el dios romano del comercio; Venus fue la diosa romana del amor y de la belleza; Marte el dios de la guerra; Júpiter el dios supremo del panteón romano; Saturno fue el dios romano de la agricultura; Urano fue el dios griego del cielo; Neptuno el dios romano de los mares. Entonces, seguido, el cambio: Mercurio son el F.M.I., O.M.C., N.A.F.T.A., B.M.; Venus es Hollywood; Marte es O.T.A.N, O.N.U.; Júpiter es Bilderberg; Saturno es Monsanto; Urano es G8; Neptuno es O.X.Y. ¿No me entiendes, verdad? ¡Qué putada como achata la dictadura de la estupidez!
      “La complejidad”, me achacas, te llena la boca, despectivamente, tú eres más materialista, más simple. Además, me dices, te ampara una ciencia, empírica, positiva, prosaica. Y, claro, fuera de ella no hay ni salvación ni verdad.

Segundo apunte, una retórica:

    ¿No es el anarquismo, an-arke: no-poder, una forma de organización social basada en el presupuesto de que sus habitantes han madurado más allá de la bestia-pan y más allá del egolatrismo en lo que supone un individuo soberano mónada capaz de conjugar equilibradamente, por mor de la Simplicidad Primordial enunciada en el Tao, tanto el verbo dar como el verbo recibir? ¿Acaso la anarquía, a día de hoy y aunque ya se hayan materializado varias intentonas, resulta una utopía no tanto por sus carencias como sistema de no-orden humano sino por la terrible falta de humanidad en las élites que nos gobiernan?

Tercer apunte, tomémonos unos minutos para imaginar. Copio y pego la dirección y la descripción de otro de los audiovisuales que tan excelsa y generosamente Javi_axia va publicando. ¡Namasté, mago!

Enlace

    . A las 08:00h. de la mañana, los alumnos del VIII Encuentro Eleusino en Castilfrío se encaminan hacia la ermita de Nuestra Señora del Carrascal, ubicada sobre una loma a cinco minutos del pueblo. El trayecto se hace en silencio, a solas con uno mismo. Francisco López-Seivane abre la comitiva. Una vez en la ermita, los asistentes se acomodan en los bancos alrededor de un cirio, frente al maestro. Nos encontramos en un lugar consagrado. No en vano el VIII Encuentro Eleusino se llama «Lugares sagrados».

Hasta aquí. Nos leemos la semana entrante. Si gustas.

p.d.: Bellas palabras de FSD en la inauguración de los VIII en relación a utilizar tela en lugar de ladrillo para levantar las paredes de la escuela. ¿Alguien se apunta a la caravana logística para traer las jaimas y las yurtas? ¿Vamos a por los dromedarios?

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